sábado, 29 de agosto de 2009

El verano casi se ha ido



Finales de agosto. Aunque oficialmente aún falten tres semanas para que termine, el verano casi se ha ido. Sin embargo, agosto todavía nos obsequia días espléndidos, como el de hoy. Un día luminoso, con cielo azul, despejado y un ligero viento que hace que los 25 °C que tenemos de temperatura no nos agobien. Días así, en Ginebra, son ideales para poner un tentempié en la mochila, tomar un libro o el periódico e ir a pasar la tarde al parque más cercano. Sola o con Dom, improvisar un picnic en el parque −con lectura y vinito− es una de mis -y nuestras- actividades estivales preferidas. Esta tarde, por ejemplo, ha sido perfecta. El verano en estas latitudes tiene el encanto y la ligereza de las cosas transitorias. En julio y agosto, la gente está más descansada, más disponible. Se vive fuera y abundan las actividades al aire libre; un perfume de vacaciones flota en el ambiente. 

Hacia finales de agosto, esto va cambiando poco a poco. Los niños y jóvenes se preparan para volver a clases, los viajeros regresan a casa y retoman la rutina, se ven menos turistas en la ciudad, las heladerías dejan de estar abarrotadas y ya no anochece a las 10 p.m. El final de agosto nos recuerda que aunque el verano aún sigue aquí, hay que exprimirlo para sacarle las últimas gotas, pues estos días radiantes que tanto disfrutamos no volverán hasta dentro de un año. Estos últimos días de agosto nos instan a saborear cada momento que ya le estamos robando al otoño.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Librerías de segunda mano


Me es imposible pasar frente a una librería sin entrar en ella; sin pasar por lo menos un rato hojeando libros y comprar alguno. Aunque disfruto las grandes librerías con sus vastas estanterías, libros bien organizados en diferentes secciones y cómodos sillones en los que una puede pasar horas leyendo, prefiero las librerías de segunda mano o las librerías más pequeñas. Las librerías de segunda mano, o “de viejo” como las llamamos en México, poseen un encanto especial para mí, las veo como valientes resistentes de una época que pronto será memoria, como lugar de encuentros fortuitos y afortunados entre lectores y libros, como cavernas de Alí Ba-ba repletas de objetos preciosos. En Ginebra hay varias y en sus estantes he hallado tesoros: libros que había buscado por años y que una tarde, de pronto, al fin, como por azar, he encontrado. Un libro usado aquí cuesta una mínima fracción del nuevo (¡por fin, algo en Suiza que no es caro!). La mayoría de los libros usados son recientes y cambian a menudo. Hay una rotación diaria, según me explicó una librera de Caritas, la librería que más frecuento y que está en mi barrio, a unas cuadras de distancia de casa. Además de libros en francés, en Caritas encuentro libros en inglés, en español, en italiano, en alemán. Todas estas librerías me han permitido seguir alimentando mi biblioteca personal.

Hace poco descubrí la maravillosa y surtidísima La Trocante, que todavíano he podido explorar a mi antojo y mi amiga Liz me hizo descubrir en París, Silly Melody, otra librería excelente en pleno Quartier Latin, con títulos y precios sin igual.
Me gustan las librerías de segunda mano, me entusiasma que la cultura circule y se recicle, que llegue a manos de todos. En esta época de Kindles y demás artilugios de lectura electrónicos que amenazan con acabar con el libro impreso en papel (en otro post ya escribiré sobre este tema que me inquieta), iré haciendo mi acopio de libros en Caritas, La Trocante y en las demás librerías de segunda mano de mi ciudad.
 

Caritas- libros de segunda mano (excelente colección), 
47 rue de Carouge. Genève. 
Librairie La Trocante, 15 bis rue des Gares, Genève 1201

domingo, 9 de agosto de 2009

Joan Baez en Montreux 07.07.08

El verano pasado realicé un un antiguo sueño, uno de mis deseos de toda la vida −que alguna vez pensé que nunca se realizaría−: asistí a un concierto de Joan Baez.
Joan Baez es una artista a quien admiro profundamente porque desde el inicio de su carrera en la música folk, en el Nueva York de los años 60, puso su voz privilegiada al servicio de aquellos que nadie escucha: los pobres, los marginados, las víctimas de la guerra, del analfabetismo o de tantas otras opresiones.
Pensé en los años que había esperado escucharla. Apenas podía creer que ahí estaba, a sus sesenta y tantos años, ya sin esa voz angélica con la que durante décadas cantó a la no violencia y denunció las injusticias, el racismo y las desigualdades en el mundo, pero con una presencia que transmite empatía y calidez.
Si bien con los años su maravillosa voz ha perdido potencia, ahora es más íntima, cálida, y quizá por eso me resultó más conmovedora. A lo largo de su carrera, Joan nos ha dado canciones que invitan a la reflexión como Be not too hard , en la que nos advierte contra nuestra tendencia a juzgar duramente a los demás, pues nuestro paso por el mundo es breve –dice la autora- y a menudo no nos vamos de él más sabios de los que éramos al llegar.
Esa noche inolvidable del concierto me invadió la nostalgia de una época perdida para siempre que ni siquiera viví. También me invadieron los recuerdos de mi propia vida, de noches lejanas en las que, escuchando las canciones de Joan, tenía la certeza −como todos a los veinte años− de que la música, la literatura y el arte tienen el poder de transformar el mundo.
Ver en vivo, por fin, a Joan Baez fue como acudir a una cita que tenía pendiente desde hacía mucho tiempo. Fue recuperar algo de mí misma que había olvidado y que recibí como un regalo. Gracias a la vida fue la última canción de la noche. 

Gracias a ti, Joan, por la inspiración que tus canciones me han dado.
 

Foto : Crook Stewart tomada del sitio The Joan Baez Pages www.joanbaez.com

sábado, 1 de agosto de 2009

Fête nationale

No hay héroes que dieron independencia al país ni grito presidencial con bandera. 
Lo que se conmemora es que el primero de agosto de 1291, tres cantones: Uri, Schwytz -que dio origen al nombre de "Suiza"- y Unterwald firmaron un pacto con el que se juraban ayuda y asistencia mutua en caso de actos hostiles del exterior hacia cualquiera de los tres. Así nació la Confederación Helvética, como se llama oficialmente Suiza. A través de los siglos, a los cantones originales se unieron otros más; el último sería Ginebra, en 1815 (¡más de 500 años después!). Ginebra, hasta antes de su entrada en la Confederación, era una república independiente.
 
Hoy en la tarde, Dom y yo fuimos al Parc des Bastions, un parque próximo a la universidad, en el que se organizó la celebración (¡ni de lejos tan animada como el grito de independencia en México!):aún así, el ambiente estaba muy agradable, había un grupo tradicional suizo que en lugar de las canciones tradicionales estaba tocando jazz, muy original.
 
Magnífica tarde de verano. Temperatura agradable, ¡no hacía mucho calor! Luces de colores adornaban las copas de los árboles. Familias, amigos que compartían una botella de vino. La "fanfare" tocaba "What a wonderful world". Olía a verano y a salchichas asadas. ¿Vino "rosé" o blanco? Cerveza muy fría y con espuma, como les gusta aquí. Alegría estival. Palabras en francés, italiano, alemán, portugués, español y turco... ¡estamos en Ginebra!
Al anochecer, fuegos artificiales. ¡Qué ganas de que el verano durara para siempre!

1ro de agosto

¿Por qué empezar este blog precisamente hoy, primero de agosto?

Quizá porque el primero de agosto es el día de la fiesta nacional de Suiza, el país en el que he vivido durante los últimos seis años
. Quizá también porque el primero de agosto de 2002, Dom regresó a Ginebra -su ciudad natal-, después de haber vivido en México toda la década de los 90 y un poco del nuevo milenio (en el que nos conocimos). Yo llegué a Suiza un año más tarde (como quizá recuerden quienes me acompañaron durante esos 12 largos meses de espera), también en el mes de agosto, en 2003.
Agosto simboliza el gran cambio que se produjo en nuestras vidas. En ese tiempo no sabía a ciencia cierta lo que implicaba cambiar de país y de cultura, sobre todo lo que significaba perder de vista a personas muy queridas que formaban parte de mi vida diaria. El objetivo de este blog es tender un puente entre mi vida de "antes" y "después"; compartir un poco de mi vida aquí con personas queridas (familia y amigos) que están allá; contarles sobre esta ciudad, sobre este país, sobre mí: lo que hago, con qué sueño, la que soy ahora. Espero que este blog nos permita reconectarnos y reanudar el diálogo interrumpido por la ausencia.